Yuliana Rondón.
Las mariposas en el estómago están asociadas con las respuestas del organismo. Cuando el cerebro percibe una amenaza potencial para la supervivencia, aumenta el estado de alerta, al aumentar la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la frecuencia respiratoria. Al mismo tiempo, el sistema nervioso estimula las glándulas suprarrenales, que liberan hormonas como la adrenalina y el cortisol que pueden convertir el cuerpo en un lío tenso y sudoroso. La tensión muscular (especialmente en el estómago) nos ayuda a mantenernos alerta, la transpiración nos ayuda a enfriar el cuerpo. Los músculos lisos del estómago también son extremadamente sensibles y la sensibilidad añadida puede ser en parte responsable de esa sensación oscilante.
Algunos investigadores se refieren al estómago como el "segundo cerebro", basado en los hallazgos que el intestino contiene 100 millones de neuronas que lo vinculan con el cerebro, conocido como el eje cerebro-intestino. Así que cuando nos sentimos nerviosos antes de un debut en el escenario, el cerebro se comunica la ansiedad al estómago, causando a veces un caso de mariposas. A veces, esas mariposas pueden convertirse en náuseas, ya que la adrenalina puede detener temporalmente la digestión.
Alfonso Escobar, investigador del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, describe qué siente el cuerpo de un enamorado: “Todo comienza en el cerebro y genera una serie de respuestas viscerales, conductuales y cognoscitivas”
Además, explica, que hay una inhibición de los movimientos intestinales y movimientos de la vesícula urinaria. Estos cambios son importantes para que una persona perciba algo como agradable o desagradable.
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